Esta es sin duda una decisión muy importante para los dueños de negocio. Así que permíteme analizar los puntos y ofrecer algunas recomendaciones adicionales:

Es fundamental evaluar cuanto depende tu negocio del servicio que presta una persona. Si es vital para la operación diaria o para la calidad del producto/servicio, considerar la contratación de un empleado puede ser la mejor opción. Por otro lado, si el rol es más de apoyo adicional o no requiere una presencia constante, un contratista independiente podría ser suficiente.

Contratar empleados implica una mayor carga administrativa, como la retención de impuestos, la nómina y los beneficios. Los contratistas independientes, en cambio, son responsables de sus propios impuestos y beneficios.

Evalúa cuanto tiempo y recursos puedes dedicar a la administración de empleados versus contratistas.

Los empleados están disponibles según tus necesidades y forman parte integral de tu equipo. Los contratistas, por otro lado, pueden tener otros clientes y no estar disponibles inmediatamente.

Considera el nivel de compromiso que necesitas para el éxito de tu negocio.

Elaborar un organigrama es una excelente idea. Identifica las posiciones clave que requieren compromiso y presencia constante. Estas posiciones suelen ser más adecuadas para empleados. Las funciones menos criticas o temporales pueden asignarse a contratistas independientes.

Un contratista no tendrá el mismo nivel de compromiso que un empleado. Si no eres su principal fuente de ingresos, es probable que su dedicación sea menor. Evalúa si la naturaleza del trabajo requiere un alto grado de compromiso y si un empleado fuese más adecuado.

En resumen, encontrar un equilibrio entre empleados y contratistas es crucial. Considera tus necesidades operativas, la carga administrativa y la disponibilidad al tomar tu decisión.